Se investigó la violencia en Internet contra feministas y otras activistas chilenas, de manera de conocer: a cuántas activistas afecta, qué formas toma esa violencia, a través de qué canales, si existió alguna respuesta institucional y de qué formas resistieron. Para ello, se encuestó a 163 mujeres chilenas que se definían como feministas o como activistas por los DDHH, a través de una plataforma online. Debido a los riesgos de ataques, se utilizó un muestreo no probabilístico.

De las encuestadas, un 71,2% declaró expresamente haber sido víctima de violencia cibernética. Un 91,7% declaró haber sido atacada verbalmente. Además, un 25,8% fue objeto de acoso y hostigamiento, otro 22% recibió amenazas y un 15% sufrió la publicación de información falsa. Las principales medidas que tomaron las encuestadas atacadas fueron: bloquear al atacante en las redes sociales (62,7% lo hace), aumentar la seguridad en sus redes sociales (54,2%), conversar el tema con su círculo de confianza (36,4%) y denunciar lo ocurrido en las mismas redes sociales (28%). También, en cinco casos (4,2%) se intentó denunciar ante las autoridades; en 4 de los 5 casos no hubo ningún tipo de constancia o apertura de investigación y 1 solo caso fue recibido, sin mayores avances posteriores.

Se corroboró que este tipo de violencia constantemente afecta a las mujeres feministas y otras activistas de Chile. Es un problema interseccional y de género, constantemente ignorado y trivializado, ya que se asume que aquello que está en Internet no es real. Esto conlleva una utilización del ciberespacio como un territorio donde se siguen replicando conductas propias de una sociedad patriarcal.

Fotografía: Cecilia Ananías Soto