HIPERVENTILAR PARA VENTILAR
Guisela Parra
Inhalar, exhalar, inhalar, exhalar… flotar en la música… los ojos cubiertos, como la ciega que fui.
Vienen en desfile frente a mis ojos sin ceguera. Mi cuerpo, seductor desde la infancia, está desnudo; mi mirada juguetona y caderas insinuantes los invitan al placer de someter. Someter con sus dedos, con su lengua, con su verga erecta, que ahora invito a la delicia de mi boca.
Uno tras otro recibe en su glande pegajoso la furia asqueada de mis dientes, navajas implacables que cercenan su “hombría” jactanciosa.
Y me voy, chapoteando en un amaranto espeso, danzando y cantando un festejo.
Enciéndete candela, fríete cebolla, que en la vida he visto cordón de soga…